La última edición de los premios Oscar, Chile ganó la categoría a “Mejor película extranjera” por “Una Mujer fantástica”, a pesar de la controversia de que, si el premio se le otorgó por el tema que tocó la película o por su calidad en sí, el país sureño pudo lograr lo que nuestro país no pudo en 2010 con “La teta asustada”.
Pero, ¿En qué situación se encuentra el cine peruano? Actualmente está envuelto en una interrogante si es bueno crear contenido con géneros distintos con el riesgo de obtener una baja taquilla o seguir con la comedia, el género que más lleva personas al cine, pero que no te aporta nada nuevo a la industria nacional.
Es lógico que el cine peruano quede relegado frente a las grandes empresas cinematográficas norteamericanas como Sony, Paramount o Fox, sin embargo, los directores y productores nacionales tienen un sinfín de obstáculos por atravesar si quieren que su película sea estrenada en el cine. Por eso es que de las 250 películas en promedio que se estrenan al año entre el 65% y el 85% viene de Hollywood, mientras que el 9% es producto nacional y el resto es cine europeo, asiático y africano.
Según Tito Aguilar, exgerente de marketing de Cinemark Perú, el cine es un negocio entre el productor, el distribuidor y el cine ya que los tres ganan con la venta de las entradas. Por esta razón, es que frecuentemente vemos el retiro de la cartelera de producciones peruanas independientes a menos de una semana de su estreno, si no llenas las salas, te sacan. Así de simple.
La supervivencia de un filme depende de su arranque en los primeros cuatro días de estreno (jueves a domingo). Si no se alcanza un estimado de 700 a mil espectadores en este periodo de tiempo, en la siguiente semana a la película se le otorga horarios donde prácticamente nadie va al cine o se le retira de cartelera dejando en el aire los acuerdos entre la distribuidora y el productor.
Si a este problema le sumas que el Estado peruano destina al sector cinematográfico aproximadamente S/7.2 millones mientras que Brasil cuenta con un Fondo Sectorial Audiovisual (FSA), que sus recursos hacienden aproximadamente a 224 millones de dólares.
Parece que no hay vuelta que darle a este problema, sin embargo, Wiñaypacha, película totalmente en aimara a través de su movimiento en redes sociales llevó a más de 25 mil personas a los cines. Entonces, a pesar de las dificultades con la ayuda de las redes sociales este tipo de películas independientes pueden promocionarse y con el apoyo de ese sector del público que quiere contenido distinto se puede llegar a mejorar la industria nacional en cuanto a calidad cinematográfica.
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