En agosto de este año se recuperaron algunas casonas ubicadas en zonas aledañas como la Plaza Dos de Mayo y la Plaza San Martín gracias a la iniciativa privada de Arte Express. Sin embargo, la ayuda que brinda el sector privado no es suficiente para lograr una revaloración total del Centro Histórico.
Según Silvia de los Ríos, arquitecta del Centro de Investigación, Documentación y Asesoría Poblacional (Cidap), teniendo una perspectiva amplia es necesario la recuperación de 400 manzanas incluyendo zonas como Barrios Altos. Es decir, es necesario hacer políticas que permitan la restauración de las casonas que no son atractivas.
La Municipalidad de Lima al parecer tiene la costumbre de olvidar que también está ubicada en el Centro de Lima y se enfoca solo en hacer by-passes y obras viales o que se deterioran rápidamente o no solucionan problema alguno en otras zonas de la ciudad. La cantidad de advertencias de expertos sobre seguridad y urbanistas sobre la situación alarmante en las que se encuentran zonas del Centro Histórico al parecer no llegan a los oídos del alcalde que ahora es mudo y sordo.
La limitación de la iniciativa privada de Arte Express es básicamente económica, con la ayuda de los recursos públicos se pueden cubrir los gastos que sean necesarios y si con eso tampoco es suficiente el Banco Interamericano de Desarrollo está abierto hace años a proponer una oferta crediticia blanda. Las alternativas están ahí la iniciativa de la actual gestión de la Municipalidad de Lima es la gran ausente de este tema.
A menos de un mes para las elecciones los candidatos deben recordar que también cumplen la función de alcalde de Cercado de Lima y que el Centro necesita esta restauración con suma urgencia debido a temas de seguridad de los propios habitantes, urbanismo, mejorar la visión que se tiene del centro histórico y que si las viviendas son de calidad las personas lógicamente querrán estar en esta zona y no verla únicamente como un lugar turístico sino también como un lugar donde vivir es un placer.
Se perdieron otros cuatro años para tener un plan urbanístico sostenible que vaya más a una gestión municipal, sino que todo aquel que llegue al sillón municipal sostenga el proyecto hasta que sea culminado. Aunque, esto debe ir de la mano de buscar también apoyo de empresas privadas que se sumen a esta tarea titánica de revalorar un lugar nombrado como Patrimonio de la Humanidad. Es momento de que Lima de ese salto de calidad urbanística que hace tiempo necesita.
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