Desde el día en el que el país volvió a un Mundial de fútbol hasta el día del debut el ambiente que uno podía sentir era de orgullo por la nación que lo vio nacer y un sentido de pertenencia que parecía perdido. Lamentablemente, termino nuestro sueño y volvimos al tema de siempre
No espero que las diferencias religiosas, ideológicas y políticas no polaricen a nuestro país, pero no entiendo como nuestra historia no es un motivo de unión y de darle el respeto que se merece, porque si uno observa el estado de nuestros patrimonios arqueológicos se da cuenta la indiferencia por parte de nosotros a nuestra cultura.
Maltratar a nuestro patrimonio parece algo de nunca acabar ya que, a pesar de la indiferencia de las autoridades, nosotros mismo no les damos la importancia que realmente se merecen. “Pero si están viejos y arruinados” suelen decir con frecuencia las personas que utilizan las huacas para justificar que puedan vivir ahí o tirar la basura sin ningún remordimiento.
Debemos entender lo que representan estos monumentos arqueológicos: son nuestra herencia y tesoro social del cual somos reflejo. Es cierto que tanto las huacas como otros monumentos arqueológicos no son mediáticos son reliquias del pasado donde su valor radica en la identificación social, de saber reconocer la importancia que tuvo este lugar para nuestros antepasados.
Nuestra historia también se ha visto empañada con momentos que no deseamos repetir, aunque nuestras acciones demuestran un gran desinterés a la preservación de las huacas. Los problemas que estos monumentos enfrentan son varios, pero el principal enemigo que tiene es la invasión de terrenos. Un ejemplo es el que sucedió el año pasado en el Centro Arqueológico de Paramonga donde personas invadieron la zona e incluso utilizaron el bloque que había colocado el Ministerio de Cultura, donde anunciaban que la zona es arqueológica, como pared de una de las casas.
A pesar de que en abril del año pasado se había anunciado que las personas que invadían terrenos que eran propiedad del Estado, como lo son los sitios arqueológicos, tenían desde sanciones administrativas de hasta 1000 UIT y también en el Código Penal prevé sanciones de 3 a 6 años de cárcel para los infractores y de 3 a 8 años a quienes promuevan la invasión.
La situación es clara, en ese mismo año se presentaron 104 denuncias de presuntas infracciones a monumentos arqueológicos solo hasta abril. Si no empezamos a darles el valor que se merecen a estos monumentos por más insignificantes que parezcan solo nos estaríamos engañando si decimos que valoramos a nuestro país.
La historia significa mucho más de lo que parece a simple vista, debemos luchar por la defensa de nuestras huacas nacionales para preservar nuestra historia de la mejor manera. Nuestro pasado nos engrandece.
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