Ver a un animal caminando por alguna calle de Lima o buscando comida entre la basura es algo totalmente normal en nuestra ciudad, a cualquier hora del día podemos observar esto. Mayormente vemos perros en estas condiciones y es cierto, solo en Lima se encuentran más de un millón abandonados en las calles y esto presenta un problema de salud pública.
Ampliando la mirada de este tema en cómo es tratada esta problemática en otros países alrededor del mundo encontramos pocos ejemplos donde encontremos un plan integral que cuida y proteja a los animales, y a su vez solucionar el problema de salud pública.
El país que lleva la batuta en este tema es Holanda. El inicio de su problema es igual que al nuestro, sobrepoblación y abandono masivo. Sin embargo, en el siglo XX se aprobó la Ley de Salud y Bienestar animal, ¿Y qué pasaba si alguien no cumplía esta norma? La persona recibía una multa de 16, 750 euros y al ser considerado una ofensa criminal está penada con tres años de prisión. Además, otra medida fue incrementar el impuesto a quienes compraban perros de raza.
Las normativas son necesarias, pero si las personas no empiezan a ver a los animales como seres vivos esto no cambiará socialmente. Los holandeses lo entendieron y su mentalidad cambio fuertemente y empezaron a tratar a los animales como seres que sienten y padecen.
Básicamente fue un trabajo en conjunto. La iniciativa del Estado de tratar con importancia este tema y planificando mediante medidas que los ciudadanos entiendan que el problema se soluciona con ambas partes y las personas al comprender la idea del Estado de darle importancia a este problema social y de salud pública.
A parte de estas iniciativas propias del país holandés, en los noventas la Organización Mundial de Salud (OMS) y la World Animal Protection (WSPA) informaron que la única manera de frenar la población de animales callejeros era esterilizar, educar a la sociedad sobre la tenencia responsable e identificar a los animales, ¿Y que hizo Holanda? Solo siguió las recomendaciones y los resultados hablan por sí mismos.
"La grandeza de una nación y su progreso moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales", decía Gandhi.
Esperemos que las personas vayan tomando la seriedad del caso de que tener a una mascota en casa es como tener a un miembro más de la familia que requiere muchas atenciones, que las ONG’s y albergues de animales sigan manteniéndose y apoyarlos económicamente si se puede. Tenemos que hacer lo inverso a lo que se hizo en Holanda, la población debe cambiar y concientizarse por su cuenta y de ahí reclamar políticas al Estado, sino este tema empeorará.
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